La tensión diplomática en Gibraltar pasa este lunes por la conversación en las entre Rajoy y el presidente Mariano Rajoy y el de la Comisión Europea, Jose Mauel Durao Barroso. El presidente del Gobierno le ha pedido a Durao Barroso que envíe verificadores para comprobar que en el Peñón no se vulnera la normativa fiscal y de contrabando. España quiere que esa vigilancia se haga también sobre las actividades económicas en el Peñón, en alusión al contrabando de tabaco y al blanqueo de dinero
A Durao Barroso le ha tocado escuchar la versión española. El presidente de la Comisión Europea ha hablado por teléfono con Rajoy sobre Gibraltar han sido 12 minutos de conversación. Rajoy ha protestado por los bloques de hormigón que impiden faenar a los pescadores y ha defendido los controles de La Verja. Incluso ha pedido que envíen observadores para verificarlos. Barroso se ha comprometido a enviarlos lo antes posible, pero ha instado a Rajoy a que solucione el problema dialogando.
Hasta aquí todo dentro del guión, pero la advertencia se ha hecho antes de la llamada. “Cualquier tasa que quiera poner España es ilegal”, ha asegurado el portavoz de la CE. Se refiere a la tasa de 50 euros por cruzar la frontera estaba pensando instaurar. Aunque Moncloa insiste en que por teléfono Barroso no ha sacado el tema.
Fuera de los despachos, sobre el terreno continúan los controles, aunque este lunes han sido fluidos, y los bloques de hormigón también siguen en el mar. A todo esto se suma otra imagen, la de una fragata británica atracando en el puerto de Gibraltar. Aseguran que hace una parada técnica, ya avisada, pero lo cierto es que el barco de guerra se detiene en Gibraltar en el momento de mayor tensión del conflicto.