La victoria de PP y Vox en autonomías como Extremadura o Valencia ha provocado que impuestos para ricos, como el de Patrimonio o Sucesiones, ya no se paguen en la mayoría de España. Salvo en 3 ó 4 autonomías. Para justificarlo los populares han utilizado eufemismos, hablan de "quitar el impuesto a la muerte".
"El impuesto de la muerte se va", ha pronunciado en varias ocasiones el presidente de la Comunitat Valenciana Carlos Mazón. Este neolenguaje, una forma de renombrar el impuesto, la acuñó una derecha de Estados Unidos preocupada con un tema.
De hecho, una escena de 'El vicio del poder' recoge perfectamente esta historia. Cuando el asesor republicano hablaba de que era un impuesto a millonarias herencias, casi nadie apoyaba rebajarlo. Sin embargo, la opinión cambiaba al hablar de muerte y sí apoyaban reducir el impuesto, aunque eso solo beneficiaba a unos pocos.
Carlos Cruzado, portavoz de Gestha, asegura que la mayoría de las herencias o no tributan o tributan en una pequeña cuantía. "Son precisamente las grandes herencias, las beneficiadas", añade.
Extremadura, Baleares y Comunitat Valenciana, gobernadas por la derecha, son las últimas en suprimir sus cesiones. Aragón lo hará pronto. Ya solo quedan con ese tributo unas pocas: Asturias, Cataluña, Castilla La Mancha y Navarra. A esto se une que son cada vez más autonomías las que están diciendo adiós a otro impuesto, al de patrimonio. También con un claro ganador.
"Se beneficia el que tiene un patrimonio superior a 700.000 euros", cifra desde el Colegio de Economistas de Galicia Jesús Vázquez. Quienes los quitan, aseguran que es dinero en el bolsillo de los ciudadanos. Pero los que los mantienen señalan que suprimirlo solo beneficia a los ricos e implica recortes en servicios públicos.