El presidente de la Generalitat, Artur Mas, y los partidos soberanistas medirán su unidad en defensa de la celebración de la consulta del 9 de noviembre después de que el Tribunal Constitucional (TC) haya suspendido la Ley de Consultas y el decreto de convocatoria.
Mas buscará con CiU, ERC, ICV-EUiA y la CUP dar una respuesta unitaria a la decisión del Alto Tribunal, que ha puesto en duda la convocatoria del 9N hasta el punto de que el Govern ha suspendido la campaña institucional de la consulta.
ERC y la CUP pondrán sobre la mesa su descontento porque el Govern haya suspendido la campaña sin consultarles, ya que Mas se comprometió meses atrás a no tomar ninguna decisión que no fuera consensuada por las fuerzas soberanistas.
Oriol Junqueras (ERC) y David Fernández (CUP) exigirán al presidente de la Generalitat que la campaña institucional sobre el 9N y su logística siga adelante pese a la suspensión cautelar dictada por al Alto Tribunal.
En la reunión de este viernes, ICV-EUiA quiere saber qué margen hay para seguir preparando la votación pese a la decisión del TC, por lo que pedirá al Govern que, si ha hecho informes técnicos al respecto, se los faciliten.
Además, la CUP cree que Mas debe firmar el decreto para confirmar los miembros de la Comisión de Control que debe desplegar la Ley de Consultas --el equivalente a la Junta Electoral--, que la Cámara aprobó el miércoles con el voto de CiU, ERC, ICV-EUiA y CUP.
La CUP también insinúa que están dispuestos a levantarse de la mesa si Mas no ofrece concreciones en la reunión, que está previsto que empiece a las 11 horas y que se celebrará en el Palau de la Generalitat.
Mas ha preparado la reunión después de citarse el miércoles con los cuatro líderes parlamentarios partidarios de la consulta: Jordi Turull (CiU), Oriol Junqueras (ERC), Joan Herrera (ICV-EUiA) y David Fernández (CUP).
Fuentes conocedoras de los encuentros han explicado que Mas sigue contemplando la consulta, aunque no descarta escenarios alternativos como la convocatoria de unas elecciones anticipadas, que representaría el segundo adelanto electoral en cuatro años.
Aparte de suspender la campaña institucional de la consulta, el martes el Govern también decidió paralizar el proceso iniciado un día antes para seleccionar el personal para trabajar el 9 de noviembre por la consulta.
Pese a estas decisiones, el presidente de la Generalitat aseguró en el Parlament que no piensa rectificar en su apuesta por la consulta: ""En lo que dependa de mí, el proceso se acaba votando, y votando la pregunta acordada".