Con motivo de la celebración de la cumbre del G7, los puntos fronterizos han sido tomados por Policía francesa y española. Hacen controles minuciosos de vehículos, furgonetas, camiones e incluso autobuses que generan largas colas de coches entre la localidad vasca de Irún y la francesa de Hendaya.

"Si ven a alguien sospechoso sales del coche, levantas el maletero y para casa", afirma un conductor.

El Gobierno vasco ha editado folletos como el que se puede ver en el vídeo para que los conductores elijan otros puntos del país para cruzar la frontera. Por su parte, en Hendaya han suprimido hasta comunicaciones férreas.

El objetivo es velar por la seguridad de la cumbre del G7, que se celebra en Biarritz y también vigilar las actividades de la 'contracumbre', que ya han comenzado en Irún. En otro lado de la frontera, en Urrugne, está su campamento, a más de 30 kilómetros del lugar donde se reunirán los integrantes del G-7.

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Algunos negocios de Irún han cerrado por miedo a los activistas y con la previsión de que los atascos reducirán las ventas. "Hemos ido oyendo muchas historias y, al final, la gente ha cogido miedo y unos cerrado de antemano y otros estamos viéndolas venir", cuenta una mujer.

Un fin de semana complicado para el comercio y de máximo control policial por carretera, por mar y por aire.