El juicio al futbolista Dani Alves por presuntamente agredir sexualmente a una joven en una discoteca de Barcelona solo será a puerta cerrada cuando declare la denunciante, y el resto de la vista no podrá grabarse ni emitirse en medios de comunicación.

Lo ha acordado la Audiencia de Barcelona en un auto este jueves en respuesta a la Fiscalía y la acusación particular, que pidieron que el juicio se hiciera íntegramente a puerta cerrada, es decir, sin público en la sala y sin que los periodistas pudieran escucharlo ni retransmitirlo.

El juicio está fijado para la semana que viene, de lunes a miércoles, y el tribunal ha optado por blindar únicamente la declaración de la denunciante como forma de proteger su intimidad, y con la misma finalidad ha añadido otras condiciones.

En este sentido, el tribunal ha ordenado que todas las personas que intervengan en el juicio (el propio Alves, abogados, testigos y peritos) se refieran a la víctima como "la denunciante", sin decir su nombre ni apellidos.

Aunque se hará a puerta cerrada, la declaración de la mujer se grabará como prueba, y "para evitar que con posterioridad se pueda filtrar su imagen o su voz", la grabación se hará con la voz distorsionada y la imagen pixelada.

Cuando declare en el juicio, la denunciante estará separada de Alves por un biombo para evitar que haya contacto visual entre ellos.

En cuanto a la cobertura mediática, los periodistas podrán escuchar y relatar el contenido del juicio, pero no grabarlo ni retransmitir imágenes ni grabaciones de audio de lo que ocurra en la sala, incluido el interrogatorio al futbolista.

El tribunal sí permitirá que los periodistas tomen fotografías e imágenes de recurso justo al inicio del juicio, antes de que los implicados intervengan.

Los magistrados han prohibido "expresamente" divulgar o publicar información sobre la intimidad de la mujer o datos que puedan facilitar identificarla, y también ha aclarado que los periodistas no podrán tomar imágenes de ella o sus familiares cercanos que intervengan en el juicio.

Para tomar esta decisión, el tribunal ha tenido en cuenta el principio de publicidad de las actuaciones judiciales, recogido en la ley y en la Constitución, así como las limitaciones que prevé el Estatuto de la Víctima para protegerlas.

Alves está acusado de presuntamente agredir sexualmente a la joven en un baño de la discoteca Sutton el 30 de diciembre de 2022, y se enfrenta a una petición de condena a 9 años de cárcel por parte de Fiscalía y de 12 años por parte de la acusación particular, que ejerce la denunciante.

Todas las versiones de Alves

La última versión de los hechos ofrecida por Dani Alves es que la noche en que presuntamente violó a una joven en una discoteca de Barcelona estaba borracho, lo que podría suponer un atenuante que le reduzca la pena en caso de ser condenado por agresión sexual.

La defensa del jugador brasileño, que ejerce la abogada Inés Guardiola, aduce que el estado de embriaguez de Alves mermaba sus capacidades cognitivas, de forma que no era consciente de sus actos. La abogada pide la absolución de Alves a la Audiencia de Barcelona, que lo juzgará el próximo mes de febrero, argumentando que no es cierto que violara a la joven, quien lo denunció la misma noche de los hechos, el 30 de diciembre de 2022.

No obstante, también apunta en su escrito que el futbolista se encontraba ebrio cuando invitó a la víctima y a sus dos amigas al reservado de la discoteca Sutton de Barcelona, en cuyo baño ocurrieron los hechos por los que se enfrenta a una acusación de violación, lo que, de considerarse probado, podría suponerle una atenuante.

Esta circunstancia añade un elemento nuevo a las cuatro versiones que el exjugador del Barcelona ha ofrecido ante la justicia sobre lo sucedido en el baño de la discoteca desde su detención, en enero del año pasado. Tras ser arrestado, mantuvo que no conocía a la víctima, admitió después que coincidió con la joven en el baño de la discoteca sin que sucediera nada entre ellos y finalmente, cuando la jueza confrontó sus explicaciones con las pruebas biológicas, sostuvo que la chica le había practicado una felación, de forma consentida.

El pasado mes de abril, cuando ya se conocían lo resultados de las pruebas biológicas que hallaron restos de semen de Alves en las partes íntimas de la víctima, el futbolista volvió a declarar ante la instructora a petición propia. En esa comparecencia, admitió por primera vez que había mantenido relaciones sexuales consentidas con la víctima por vía vaginal, y adujo que en la primera ocasión había mentido para ocultar su infidelidad a su mujer.

El exjugador del Barça será juzgado en la sección 21ª de la Audiencia de Barcelona entre los próximos días 5 y 7 de febrero. La Fiscalía pide nueve años de cárcel para el futbolista, al que acusa de un delito de agresión sexual, y que indemnice a la víctima con 150.000 euros, mientras que la acusación particular ejercida por la víctima solicita que se le condene a doce años, la pena máxima por violación.