El 7 de julio fue el día fatídico para la familia Pujol ya que salió la información de que el expresidente de la Generalitat habría ingresado más de tres millones de euros en un banco de Andorra. La información abrió la caja de los truenos y desencadenó, según publica el diario ‘El Mundo’, una reunión de urgencia, ese mismo día, del patriarca Jordi Pujol con Artur Mas.
Fue en ese encuentro donde se podría haber diseñado la dimisión de su hijo Oriol y el comunicado en el que confiesa una verdad, a medias ya que Pujol se refiere a una herencia de su padre pero podría ser solo una mínima parte del dinero que la familia tendría en paraísos fiscales. Según ‘El Mundo’, el grueso procedería de comisiones que cobró su hijo mayor a cambio de favores del Govern, con la connivencia del president Pujol.
Solo una semana después, el 14 de julio, la familia Pujol se lanzó a regularizar ese dinero. Presentaron declaraciones complementarias para eludir el delito fiscal aunque sí tendrán que hacer frente a una multa pero Pujol también podría mentir en el comunicado porque según varios medios, sólo cinco miembros del clan han regularizado sus cuentas. El montante total del dinero opaco se desconoce. La UDEF habla de 137 millones de euros en Suiza.
Pero parece que podría ser mucho más. Pujol vivió una doble vida durante los 23 años al frente de la Generalitat. Ejemplo ético frente a los focos, tejemanejes y mentiras en la sombra.