"La percepción que se tiene es que existe cierta pasividad, fueron avasallados, hasta las dos de la mañana no apareció nadie" explica Bartolomé Barba, Coordinador de la Asociación española de la Guardia Civil.

Además les piden a los Mossos que investiguen los destrozos de sus vehículos. Inservibles, la grúa tuvo que llevarse todos. Las mochilas de los agentes, robadas, han aparecido en un cementerio de Montjuic, con credenciales y cargadores.

Además, la secretaria judicial no abandonó el edificio por la puerta. Tuvo que salir por la azotea, y fue necesaria una llamada del juez al jefe mayor de los Mossos, para agilizar y permitir la salida de la comitiva judicial. Para los Mossos todo fue un problema de coordinación pero la Policía y la Guardia Civil están molestos porque han sufrido escraches en casas cuartel, como en Manresa.

"¿Cómo le explicas a un niño por qué hay tanta gente en la puerta de su casa insultando a su padre?", declara un agente de la Guardia Civil. También en los hoteles donde se alojan. En Calella, un agente sevillano respondía a ritmo de fandango a una 'cacerolada'. Muchos de los agentes, en total unos 4.000 efectivos forman parte del dispositivo de seguridad frente al referéndum. Muchos se alojan en camarotes de barcos, donde las zonas comunes son algo más holgadas, y también con motivos mucho más animados.