Le pondrán un casco con electrones y antes le impreganarán la cabeza con un gel. Silva Sande, el secuestrador de Julio Cordón,  se someterá en las próximas horas al test de la verdad. "Lo que buscan en el cerebro de Silva Sande es el recuerdo de lo que hizo, él ha reconocido que enterró a Cordón y que se dejaron incluso el pico dentro, lo que pasa es que es una zona francesa que es muy complicada, ha cambiado mucho en todos estos años porque él ha tardado mucho en encontrar esta versión, entonces se ha intentado buscarla con georradar dos o tres veces y no se consigue", cuenta Luis Rendueles, subdirector de la revista Interviú.

El secuestrador confesó que lo enterraron en una zona boscosa del Pirineo francés. Ahora 20 años después la familia confía en que bucear en la mente de Silva Sande les lleve hasta el cuerpo de su padre. "Evidentemente no vamos a salvar a mi padre, pero a lo mejor podemos darle al menos un entierro digno y que no sea un saco de restos perdido", afirma María Cordón, hija de Publio Cordón.

El secuetrador quiere colaborar, por eso se permitirá que se analice su mente.  Se someterá a dos pruebas,  la onda P-300,  la misma a la que se sometió Miguel Carcaño y la N-400 que analizará otra onda de su cerebro basada en incongruencias. Las dos pruebas se realizarán en el Instituto de Medicina Legal de Zaragoza, que ya prepara la creación de una unidad de neurociencia para impulsar la investigación policial y judicial. "Ellos son los que nos dicen qué es lo que quieren saber, luego ya la presentación de esos contenidos pues depende, unas veces son fotografías y otras veces son textos", explica Cristina Andreu, psicóloga forense. Tecnicas para reactivar la memoria y encontrar el punto exacto donde se enterró al empresario.