Ya se lo hicieron saber a la puerta de los juzgados el 25 de febrero, y esta última 'empalmada' ha terminado de hartar a la ciudadanía.
Pero poco es lo que pueden hacer, salvo que Urdangarin se divorcie de la Infanta, podrá seguir presentándose como el duque de Palma, a no ser que él mismo decida no hacerlo.
"Hay un viejo dicho, que dice 'nobleza obliga' si no se toma con el respeto adecuado, parece lógico que, o bien a propia iniciativa o bien por indicación superior, deje de usarse esta dignidad", explica José Luis Sampedro, Genealogista.
Durante sus años en Noós, Urdangarín rentabilizó y mucho su título en tratos con las autoridades de Baleares. Pero tras el escándalo de su fundación, es poco probable que su ducado empalmado, le abra aquí muchas puertas.