España ha reiterado su posición respecto al Sáhara Occidental en la Declaración Conjunta tras la Reunión de Alto Nivel con Marruecos. El Estado español se mantiene en la postura que anunció Pedro Sánchez el 7 de abril de 2022 al rey de Marruecos, Mohammed VI, y que se basa en reconocer la propuesta de autonomía que hizo Marruecos sobre el Sáhara en 2007. Se trata de una propuesta enérgicamente rechazada por el Frente Polisario y que asigna una serie de competencias al Sáhara y otras, con carácter exclusivo, al Estado marroquí, que conservaría todos los atributos relativos a la soberanía (bandera, himno nacional, moneda), la seguridad nacional, la defensa exterior, la integridad territorial y las competencias constitucionales y religiosas del rey.

El giro en la postura histórica de España respecto a este conflicto fue precisamente el punto de inflexión para el retorno de lasrelaciones, cada vez más deterioradas de ambos países. España envió una misiva al Gabinete Real marroquí en la que expresó que la propuesta de autonomía de Marruecos respecto al Sáhara Occidental era "la base más seria, creíble y realista para la resolución de esta disputa".

El titular de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, exponía que el Gobierno reconocía "los esfuerzos de Marruecos en el marco de las Naciones Unidas para encontrar una solución aceptable" y consideraba que la iniciativa de autonomía presentada en 2007 era "la base mas seria, realista y creíble para la solución de este diferendo".

Llamaba al país africano a iniciar de este modo una nueva etapa tras un convulso periodo que se inició en mayo de 2021 por la crisis migratoria en Ceuta, cuando 800 menores entraron en la ciudad autónoma procedentes de Marruecos en apenas 48 horas.

Entonces,algunos vídeosdemostraron que las autoridades marroquíes habían propiciado la entrada de los migrantes, abriéndoles incluso las puertas de la frontera para dejarles pasar a territorio español. El presidente de Ceuta, Juan Vivas, denunciaba la "actitud clamorosamente pasiva" de las autoridades de Marruecos y afeaba que la frontera española estaba "en manos" del país vecino.

El inicio del conflicto remontaba, en realidad, a un mes antes. En declaraciones a Europa Press apenas horas después de que la entonces ministra de Asuntos Exteriores, González Laya, convocara de urgencia a la embajadora de Marruecos, Karima Benyaich, la diplomática reconocía que en las relaciones entre países hay actos que tienen consecuencias, "y se tienen que asumir", en velada referencia a la decisión de España de prestar atención médica al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali.

Las relaciones entre España y Marruecos pasaban entonces por uno de sus peores momentos por el ingreso del secretario general del Frente Polisario, Brahim Gali, en un hospital de La Rioja por coronavirus el 23 de abril de 2021. El Frente Polisario, el movimiento que lidera la liberación nacional del Sáhara Occidental, defiende la autodeterminación de la población saharaui tras el abandono de España en 1976 y la ocupación de Marruecos.

La cuestión del Sáhara se situaba así en el epicentro de la crisis que enfrentaba a Marruecos y a España y que había causado una oleada de inmigración en la frontera sur de Europa, por lo que tras un año de tensiones diplomáticas, España cedía ante las presiones del país vecino y ponía fin al histórico conflicto conduciendo a ambos países a una nueva era que ahora dejan grabada con una Declaración Conjunta.

Pedro Sánchez y su homólogo marroquí han asumido el compromiso mutuo de evitar todo lo que "ofenda" a ambos países, especialmente en lo que afecta a sus soberanías y haciendo un claro guiño a las fronteras de Ceuta y Melilla. Por primera vez en ocho años, ambas potencias han mantenido una Reunión de Alto Nivel y han marcado las bases de sus nuevas relaciones situando en el foco "la confianza, la transparencia y la comunicación" y emplazándose a respetar los compromisos mutuos.

En concreto, en la Declaración Conjunta concluyen que "ambos países acuerdan intensificar su cooperación en el ámbito de la lucha contra la migración irregular, el control de fronteras, la lucha contra las redes y la readmisión de migrantes en situación irregular".

Insisten, además, en que "la lucha contra las redes criminales de inmigración irregular debe apelar tanto a la responsabilidad de los países vecinos como a la de los países de origen y a la de la UE para hacer frente a este fenómeno" y auguran el inicio de unas relaciones económicas y comerciales sin precedentes por la apertura de aduanas anunciada, aunque por el momento seguirá en fase de prueba.