José Ruiz es director de desarrollo de negocio de 'Paradigma Digital'. Su empresa trabaja en el 'blockchain', una tecnología que aplicada a las elecciones online permitiría que cada partido tuviera un interventor digital. Una figura que, dicen, velaría porque cada voto se hiciera con garantías.

"Sé que si el programa que suma eso estuviera mal, mi partido, al que yo he votado, lo sabría porque tiene acceso a ese programa, lo ha revisado y ha dicho que es correcto", explica Ruiz que, además, indica que "la tecnología que permite votar desde casa por Internet ya existe desde hace muchos años". "De hecho, la mayoría de nosotros ya hacemos banca electrónica y presentamos la declaración de la renta por Internet", señala.

En Estonia, con menos de un millón y medio de habitantes, ya han introducido el voto digital en las últimas elecciones. También países como Japón y Suiza están siendo pioneros y trabajan para combatir los riesgos del hackeo.

Alana Moceri, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Europea de Madrid cuenta que "Suiza está intentando mover un sistema electrónico y en los últimos meses han hecho un tipo de concurso pidiendo que la gente intente hackear su sistema y han podido hackearlo".

Algunos expertos inciden en que el mundo online puede ser clave para las personas con movilidad reducida o para agilizar los trámites del voto a distancia. Estados Unidos es un ejemplo. En este sentido, Alana Moceri afirma: "Yo voto en EEUU desde España por correo electrónico. Me llega, lo imprimo, lo relleno, lo firmo, y luego lo escaneo".

Entre los sociólogos, se pone el foco en el peligro de desanimar al votante menos formado y con menor renta. Alberto Penadés, profesor de Sociología de la Universidad de Salamanca asegura que "la participación del sector socioeconómico más bajo sube cuando es más sencillo votar".

Y recalcan que no se puede comparar con ninguna transacción privada, como Alberto Penadés, que indica que se trata de "un bien común mucho más delicado en el que se necesita confiar". "Simplemente, si no entendemos lo que está pasando la desconfianza es mayor y si hay cualquier error la desconfianza es catastrófica", señala. Es importante, dicen, preservar la credibilidad del sistema electoral.