Los aspirantes a gobernar España tras las elecciones del
domingo mantuvieron en la noche de este martes un debate duro e intenso, con acusaciones constantes, en un intento de atraer al importante
número de votantes indecisos.
Entre reproches, interrupciones y reiteradas acusaciones de
mentir, el presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez; Pablo Casado,
principal líder de la oposición (PP, centroderecha); Albert Rivera (Ciudadanos,
liberal), y Pablo Iglesias (Podemos, izquierda) disputaron agriamente sobre
impuestos, empleo, la cuestión del separatismo en Cataluña, corrupción, aborto
o servicios públicos.
Sánchez insistió en su estrategia de recordar las medidas que ha tomado su Gobierno en los diez meses que lleva en el poder,
especialmente las de carácter social, y las que su partido (el PSOE) promete
implantar si continúa en el poder, "mirando al futuro" y promoviendo
la justicia social.
Pablo Casado, cuyo Partido Popular es actualmente el más numeroso
en el Parlamento, insistió en atacar a Sánchez por sus políticas económicas,
que según aseguró llevarán al país a la ruina. En cambio, prometió bajar los
impuestos, algo que prometió creará 400.000 puestos de trabajo. "Somos la
única alternativa a Sánchez", afirmó.
Albert Rivera, adoptó un papel más dinámico y agresivo, tanto
contra Sánchez como contra Casado, y de nuevo se apoyó de forma abundante en
documentos o gráficos. Aseguró que España afronta "una situación de
emergencia nacional" por la cuestión de Cataluña.
La emisión fue seguida en algún momento por más de 17 millones de personas y registra el 'minuto de oro' más visto de la temporada con 10.963.000 espectadores a las 22:30 horas
El debate, moderado por Vicente Vallés y Ana Pastor, arrasa en todos los ámbitos y grupos de edad, con más del 50% en Jóvenes y espectadores de 25 a 44 años y, en Target Comercial, sube al 51,9%