A pesar del batacazo en Cataluña, el Partido Popular se siente fuerte de cara a las generales. Según Casado, siguen "a la cabeza en intención de voto". Fracaso que llega después de una campaña en la que el presidente se ha implicado mucho, aunque con poco acierto en ocasiones.

En la carrera electoral que comenzó justo después de saberse los resultados catalanes, Rivera se hizo con el primer asalto. Se quiso asignar la bandera del cambio con las vistas puestas en La Moncloa. "Esa marea naranja tiene que inundar las urnas en las generales para que llegue el cambio", señalaba el domingo por la noche.

Un relevo por el que también oposita Podemos que el domingo sufrió un tropezón en la parrilla de salida, aunque confían en que serán premiados en diciembre. Pablo Iglesias recordaba que "nuestra hoja de ruta se mantiene".

Aunque el experimento no ha funcionado en estos comicios, sus compañeros de coalición, IU, siguen apostando por las candidaturas de unidad popular " con mecanismos que permitan a la ciudadanía involucrarse", explicaba Alberto Garzón.

Pedro Sánchez se presenta como el único capaz de derrotar a Rajoy: "Hay un partido de centro izquierda que puede poner fin al gobierno de Rajoy, y ese es el PSOE". Dice que saldrán a ganar tras unos comicios que hace meses se antojaban desastrosos para su formación.