Casi dos horas de intenso debate que no sirvieron para acercar posiciones. El cabeza de lista de Junts pel Sí, Raül Romeva, insistió en que Europa no puede expulsar ciudadanos y en la necesidad de que los catalanes decidan su futuro: "La única solución posible es votar, a mi me interesa la opinión de la gente, no la de los bancos".

De los bancos hablaron los socialistas, que alertaron de los riesgos fiancieros. Para Miquel Iceta, "el dinero es miedoso y no quiere inestabilidad, quiere seguridad jurídica". Un miedo que no comparte la CUP: "A los que nos han robado el dinero, nos hyemos vuelto valientes", señaló Antonio Baños.

El candidato popular, Xavier García Albiol, contestó a los que acusan a su partido de inmovilista: "Estamos poniendo un muro a los que quieren romper España y a los que quieren saltarse las leyes a la torera".

Y protagonizó el momento más tenso de la noche cuando mencionó las palabras de una integrante de Junts pel Sí, sobre que Franco envió gente de otras regiones para "castellanizar" Cataluña.

Catalunya Sí que es Pot se comprometió a votar en contra si hay declaración unilateral de independencia. "Debe ser dirimido por la ciudadanía en un referéndum, en el que cada persona valga un voto", pidió Lluís Rabell.

Ciudadanos apuntó la responsabilidad del gobierno de Mas. "No podemos hacer la ciencia-ficción de pensar que los culpables de todo lo que nos pasa a los catalanes son el resto de españoles", afirmó Inés Arrimadas.

Y Ramón Espadaler, de Unió, se presentó como la alternativa a los que quieren romper con España y los que abogan por mantener la situación actual: "Ante el inmovilismo que nos ha llevado aquí, hay un camino no rupturista".

No faltó en el debate la acusación a CDC por los supuestos casos de corrupción. Romeva defendió impunidad cero.