A la hora y en el lugar en el que fueron asesinados. Con su cámara de gran formato Eduardo Nave plasma el sitio en el que terrorismo de ETA terminó la vida de Joseba Pagazaurtundúa.

"Un lugar donde está todavía el eco de los disparos, un lugar que para otros es simplemente el lugar en el que toman café, es el lugar que va a quedar retratado como el lugar de la ausencia", señala la eurodiputada y hermana de la víctima Maite Pagazaurtundúa.

Cuatro tiros a bocajarro terminaron con su vida el 8 febrero de 2003. "Es una huella ética y un alegato contra la barbarie, contra la misión neurótica de las identidades, contra todo eso que intenta eliminar a todo aquel que no piensa como el que empuña un arma", añade la eurodiputada.

Cinco años de investigación para plasmar el silencio. Escenarios que dejaron huella: Carrero Blanco, Fernando Mújica, Alberto Jiménez Becerril, Ernest Lluch o Isaías Carrrasco.

"Cuando vienes aquí es como una especie de acto religioso", explica Eduardo Nave. Porque detrás está la tragedia que un día golpeó ese lugar, esa familia. Toda una sociedad marcada por la violencia de la banda terrorista ETA.

Son sólo algunos ejemplos de las 36 fotografías expuestas en el centro cultural Koldo Mitxelena, en San Sebastián. Una exposición titulada 'Luces en la Memoria' que junto a otros cinco artistas tratan de mantener viva la dignidad de las victimas. Para impedir que la violencia que marcó toda un época caiga en el olvido.