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Los delitos de odio bajan un 13,8 % en 2024, pero crece el antisemitismo y la aporofobia

Los detalles Un informe de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado revela que en 2024 se registraron 1.955 incidentes de odio en España, siendo el racismo y la xenofobia las motivaciones más frecuentes.

Los delitos de odio bajan un 13,8 % en 2024, pero crece el antisemitismo y la aporofobia

En 2024, España registró 1.955 incidentes de odio investigados por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, según revela el último Informe sobre la evolución de los delitos e incidentes de odio en España. La cifra supone un descenso del 13,8 % respecto al año anterior. Un alivio estadístico pero que no alcanza a borrar la violencia que permanece. Ni la que emerge.

Porque mientras los delitos por racismo y xenofobia siguen siendo los más numerosos —804 casos, un 6 % menos—, otros tipos de violencia simbólica y física han ganado terreno. Especialmente preocupante es el aumento del antisemitismo, que se dispara un 60,9 %, y de la aporofobia, el rechazo a personas en situación de pobreza, que crece un 33,3 %.

Además, por primera vez, el informe recoge los delitos por islamofobia: 13 hechos registrados en todo el país. Es una cifra baja, pero relevante ya que comienza a nombrar una violencia que antes no se reconocía.

Otros tipos de discriminación también muestran cifras significativas. Los ataques por orientación sexual e identidad de género alcanzaron los 528 casos, mientras que los motivados por razón de sexo o género sumaron 181.

En lo que respecta a la forma que adopta este tipo de violencia, el patrón se repite. Las lesiones físicas y las amenazas son los delitos más comunes, con 385 y 358 casos respectivamente. Pero también se documentan ataques más sutiles, como la promoción del odio y la discriminación (217 casos), el trato degradante (107) o las injurias (106).

Territorio y perfiles

El informe también revela un mapa desigual de la violencia de odio en el territorio español. Navarra encabeza la tasa de delitos por cada 100.000 habitantes (14), seguida del País Vasco (10,8), Ceuta (8,4) y Melilla (8,1).

En cuanto a la resolución de los casos, el 71,9 % fueron esclarecidos —cuatro puntos más que el año anterior— y se detuvo o investigó a 905 personas. El perfil mayoritario de los agresores corresponde a hombres (81,9 %) de entre 26 y 40 años, un dato que coincide con el de las víctimas: el 59,9 % son hombres y el 34,7 % tiene también entre 26 y 40 años.

Sin embargo, hay un dato que sobresale por su gravedad: los menores de edad representan el 12,8 % de las víctimas, lo que obliga a poner atención en los espacios educativos, familiares y digitales, donde muchas de estas violencias se gestan o se perpetúan.

Por nacionalidad, el 60,1 % de las víctimas son españolas. Entre las extranjeras, predominan las procedentes de Marruecos (8,8 %) y Colombia (5,3 %), lo que refleja patrones migratorios y sociales que también influyen en la distribución de la violencia.