El desencuentro entre Rajoy y Puigdemont se resume con un sí y un no. El sí al referéndum del president de la Generalitat, y el no que siempre ha dado el líder del Partido Popular.

La primera reunión entre ambos líderes fue en Moncloa el 20 de abril de 2016, cuando Puigdemont trasladó al presidente 46 reivindicaciones del Govern entre las que estaba el referéndum. "Afirmamos que Cataluña es España", respondía Rajoy a un president que ya anunciaba que no había posibilidad de acuerdo.

No volvieron a reunirse oficialmente hasta agosto de este año, tras los atentados de Barcelona y Cambrils. En ese momento reconocieron la importancia de "trabajar juntos y actuar como un equipo", pero la unidad fue fugaz.

Fueron los convulsos Plenos del Parlament los días 6 y 7 de septiembre los que precipitaron todo. Allí se produjeron largos y broncos debates que terminaron con la aprobación de las leyes del Referéndum y de Transitoriedad.

Para Rajoy, suponía "liquidar la Constitución, el Estatuto y 500 años de historia en sólo dos días", mientras que los independentistas respondían con más determinación: "A más querellas y más amenazas, más ayuntamientos comprometidos y más determinación".

El enfrentamiento llegó a cotas inéditas, con choques por los registros en busca de papeletas y urnas, por la intervención de las cuentas catalanas y por el control de los Mossos y la detención de altos cargos.

Agitaron la bandera del diálogo en más de una ocasión, pero no se han movido un milímetro de su posición. Y así se ha llegado hasta este 1 de Octubre.