Ni conoce a Bárcenas ni dio dinero al PP y ni siquiera ha estado en Génova. Así de contundente ha sido la declaración de Luis Gálvez, presidente de la constructora Ploder y hombre al que Bárcenas apuntó como la persona que entregó una donación de 60.000 euros a Esperanza Aguirre para financiar sus campañas de 2007 o 2008.

Y es más, le dice al juez de la Púnica que si comprueban el listado de visitantes de la calle Génova, él no figurará porque nunca ha estado y que nunca ha entregado un céntimo al señor Bárcenas ni a nadie del PP, según fuentes jurídicas a laSexta.

Ante tales afirmaciones, el juez le ha preguntado por qué Bárcenas le ha implicado si no le conoce y todo eso no es verdad a lo que el empresario ha señalado que el extesorero "elige su nombre como podría haber elegido cualquier otro". Sí admite que socialmente ha coincidido con mucha gente en su vida, en muchos actos en Zarzuela o Moncloa, pero que no conoce a nadie. También admite haber hecho donaciones, pero nunca vinculadas a partidos políticos.

Bárcenas había declarado que Gálvez entregó dicha cantidad de dinero a su predecesor en el cargo, Álvaro Lapuerta, ya fallecido, y que ambos se lo dieron a Aguirre en presencia del exconsejero madrileño Francisco Granados y del exgerente del PP de Madrid Beltrán Gutiérrez.

La Fiscalía le ha preguntado si su hijo, que se llama igual que él, ha podido hacer algún contacto con el PP, algo que el empresario ha dicho desconocer, igual que no ha recordado a cuántas obras se presentó su empresa en la Comunidad de Madrid entre 2004 y 2008, aunque sí sabe que se le adjudicaron cuatro.

En concreto ha citado el hospital Infanta Leonor, en el distrito de Vallecas, por unos 60 millones; unas cocheras de Metro por 13 millones; un centro de salud y una comisaría, según las fuentes.

Gálvez ya declaró en la Audiencia Nacional en 2014 ante el entonces juez instructor del caso de los "papeles de Bárcenas", y también manifestó que no conocía ni a Bárcenas ni a Lapuerta y que no había estado en Génova 13. Es más, el empresario, ya jubilado, relató que cuando recibió la notificación del juzgado miró en Internet cuántas personas existían con su mismo nombre y apellidos y contabilizó más de 900.