La Audiencia Provincial de Valencia ha impuesto 20 años y 10 meses de prisión a un empresario dedicado a la cría y venta de caballos por matar a un empleado golpeándole con un palo en su finca de la ciudad valenciana de Torrent.

Los hechos ocurrieron en agosto de 2021. El condenado tenía a su empleado "en condiciones similares a la esclavitud" y le vejaba y humillaba continuamente.

Por ello, además de ser condenado por un delito de homicidio con la agravante de abuso de superioridad -castigado con 15 años de cárcel-, el Tribunal le impone un año y diez meses de cárcel por un delito contra la integridad moral, y a cuatro años y multa de 6.000 euros por un delito contra los derechos de los trabajadores.

También deberá indemnizar con 100.000 euros a un hijo del fallecido en concepto de responsabilidad civil por el perjuicio personal y los daños morales sufridos.

Le tenía en "condiciones similares a la esclavitud"

La magistrada considera probado que el acusado contrató a la víctima en 2008 sin firmar ningún documento aprovechándose del estado de necesidad de la víctima. El fallecido era un reputado experto domador de caballos y entrenador de jinetes de doma clásica, pero tenía una inhabilitación civil dictada por las autoridades portuguesas.

Al principio, se pactó que tendría un sueldo de 1.500 euros al mes, pero con los años fue reduciéndola hasta dejarla en unos 50 euros semanales. El trabajador era obligado a estar disponible las 24 horas al día todos los días de la semana y el empresario solo le permitía abandonar la finca con él o en compañía de otro trabajador.

Eran habituales los gritos, los insultos, las humillaciones y las vejaciones. Si cometía algún fallo, el empresario le hacía andar de rodillas por la finca o le pegaba un cartel en el pecho donde decía que era "un mentiros y un hijo de puta". También había a la mínima golpes contra el trabajador, para lo que usaba palos y escobas. El empleado se curaba las heridas con un aerosol desinfectante y cicatrizante para caballos.

La paliza mortal

La última de las palizas, la que llevó al trabajador a la muerte, tuvo lugar el 27 de agosto de 2021. El empresario le recriminó que se hubiera roto una llave de agua de las cuadras y le empezó a golpear con un palo.

Otro trabajador les separó, pero horas más tarde, y cuando la víctima estaba convaleciente por la anterior agresión, el empleador volvió a pegarle con fuerza con un palo.

Le provocó múltiples traumatismos y acabó muriendo sentado en un banco, balbuceando y echando espuma por la boca, tal y como narra el otro trabajador, que fue testigo de la situación cuando regresó de trabajar en el campo.

Fue el compañero el que alertó al dueño de la finca para que le llevase al hospital, y una vez allí mintió, dijo que la víctima era un vecino al que había encontrado inconsciente en el campo.

La magistrada presidenta del Tribunal del Jurado justifica la pena impuesta al acusado por el homicidio -la más alta posible de la horquilla por dicho delito al concurrir la agravante de abuso de superioridad- por la conducta "realmente cruel, agresiva y abusiva" contra la víctima.

La sentencia, que puede ser recurrida ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia, recoge el veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular al término del juicio, que se celebró entre los días 7 y 14 de este mes de noviembre.