El expresidente catalán Carles Puigdemont cumple una semana en la prisión alemana de Neumünster, desde donde ha hecho un llamamiento a "seguir adelante" sin violencia mientras la Justicia germana estudia su extradición a España, que lo reclama por los delitos de rebelión y malversación de fondos públicos.

"Continuamos con nuestra manera de hacer las cosas, que es la manera no violenta, la manera civilizada, la manera como hemos enseñado todos estos años al mundo cómo los catalanes hacemos las cosas", ha dicho Puigdemont.

En su llamamiento, al que ha tenido acceso el diputado Diether Dehm, del partido alemán La Izquierda, durante su visita al líder de JxCat, Puigdemont ha instado a "no bajar la guardia ante un Estado que se comporta cada vez de una manera más autoritaria y cada vez recortando más derechos fundamentales".

Dehm ha afirmado que Puigdemont, con el que ha podido entrevistarse junto a la también diputada de La Izquierda Zaklin Nastic, "se siente optimista" y "está animado", aunque "tiene un gran temor a su extradición".

"Tiene miedo a la Justicia española" y "naturalmente dice: 'no soy un criminal, sino un preso político", ha citado Dehm a Puigdemont. Al mismo tiempo ha asegurado que el expresidente de la Generalitat confía en la Justicia alemana, también por el bueno trato recibido por parte de los funcionarios de la prisión de Neumünster.

Puigdemont ha vuelto además a pronunciarse desde sus cuentas de Instagram y Twitter, gestionadas por su equipo desde su encarcelamiento, al subrayar que, medio año después del 1-O, los miembros de su Gobierno son "presos políticos" pero se mantienen "libres de espíritu", y destacar que el referéndum supuso el inicio de una "nueva era de la que no hay retorno posible".