Obligada a entregar a su hijo

El calvario judicial de Juana Rivas, ocho años después: cronología de una lucha sin fin

El contexto La Justicia obliga a Rivas entregar a su hijo pequeño a Francesco Arcuri, condenado por lesiones y con un juicio pendiente por maltrato hacia sus hijos. Hace justo ocho años tuvo que entregarle a los niños tras desaparecer con ellos.

Imagen de archivo de Juana Rivas
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La historia judicial de Juana Rivas se repite ocho años después. Aunque finalmente el juzgado ha pospuesto al viernes la entrega de su hijo menor, Daniel, a su padre, Francesco Arcuri, ante la negativa del niño a irse con él, la desgarradora escena que se ha vivido este martes en el punto de encuentro familiar de Granada es similar a la del verano de 2017. Entonces, Rivas se vio obligada a entregar sus dos hijos a su expareja, después de esconderse con ellos durante un mes para que no regresaran con su padre a Italia.

Previamente, Rivas había entregado 150.000 firmas para evitar que sus hijos volvieran con Arcuri, que había sido condenado en 2009 por lesiones en el ámbito familiar. A finales de 2016, ella regresó a España escapando de un maltrato "a un nivel alto e insoportable", según su propio relato. Se trasladó a Maracena con sus dos hijos y denunció a su expareja por violencia machista.

En paralelo, Arcuri acudió a los tribunales italianos para denunciarla a ella por sustracción de menores. La Justicia de su país le dio la razón y los tribunales españoles la obligaron a entregar a los niños. En aquella ocasión, Rivas incumplió el mandato judicial y huyó con los menores, lo que activó una citación judicial, pero también una oleada de apoyo por parte de cientos de personas, bajo el lema "Juana está en mi casa".

Rivas se presentó en los juzgados el 22 de agosto de 2017, sin sus hijos, fue detenida y quedó en libertad provisional. Días después acabó entregando a los dos menores a su padre, llevándolos a dependencias de la Guardia Civil horas antes de que se cumpliera el plazo para dejarlos en el punto de encuentro. El juez Manuel Piñar-que desde entonces ha sido expedientado por sus mensajes de odio y machistas- la condenó a cinco años de prisión y le quitó la patria potestad de los niños durante seis años.

En 2019, el Tribunal Supremo rebajó su condena a la mitad, pero el juez Piñar solicitó la ejecución de la sentencia y Rivas entró en prisión en junio de 2021. En noviembre de ese mismo año, el Consejo de Ministros le concedió un indulto parcial. El año pasado, el Supremo de Italia ordenó repetir el juicio sobre la custodia de los hijos de Rivas y Arcuri, que se resolvió hace unos meses con la decisión de volver a otorgar al padre la custodia de Daniel, que aún es menor.

Este viajó a España en diciembre para pasar las vacaciones de Navidad con su madre, que presentó nuevas denuncias por maltrato que han sido archivadas, con las que pedía medidas cautelares para evitar que el menor regresase a Italia. Daniel en teoría debía volver el 2 de enero, pero un juzgado de Granada paralizó ese viaje en enero de forma provisional y permanecía desde entonces con su madre en Maracena.

Ahora, ella ha tenido que entregárselo a Arcuri, después de que la justicia española ordenase cumplir la decisión de un tribunal italiano en ese sentido. Aunque la madre ha agotado todas las vías posibles para evitarlo, la Audiencia de Granada rechazó este lunes su recurso al respecto y el Tribunal Constitucional no ha admitido este martes su recurso de amparo, en el que pedía medidas cautelares para paralizar la entrega.

Hace ocho años el caso implicaba a los dos hijos, pero ahora el mayor, Gabriel, es mayor de edad y ha elegido vivir con su madre. Él ha denunciado públicamente que su hermano está en peligro por vivir con su padre. También se han hecho públicos los mensajes que él mismo envió a su madre cuando tenía 13 años, en los que le decía que tenía miedo y relataba agresiones de su padre. Ahora, con 19, lucha junto a Juana Rivas para que Daniel, de 11 años, esté con ellos.