Era el día de ponerse de puntillas, de auparse para ver algo por encima de todo el mundo aunque eso suponga dejarse los zapatos en el intento como cuenta una de las asistentes al evento.

Algunos llevaron una escalera pero cometiendo alguna que otra infracción, aunque "ha habido suerte, porque la la policía no ha visto nada". Ha sido un día emotivo para los que se estrenaban en el desfile, como una madre que rompió a llorar frente a las cámaras de laSexta pensando en que iba a desfilar su hijo.

El escudo en la espalda, la bandera en la manga e incluso en un sombrero eran lo habitual, pero la estrella fue la bufanda de "Gibraltar español".

Y entre todos los asistentes se encontraba con su bandera en el bolsillo y comiendo un sandwich de máquina todo un cocinero dos estrellas como Sergi Arola viendo amigos de cuando fue legionario.

Al final no llovió, la mañana fue radiante y tan emotivo fue todo, que alguna familia se ha ido a casa desfilando.