El 27 de julio de 2006, en la comisaría de les Corts, en Barcelona, los Mossos torturaron a la víctima y le dejaron graves hematomas en un ojo y el costado.

A ellos, la conducta solo les va a costar una multa de diez euros diarios durante dos años, tras el indulto del Gobierno, que ya les concedió una reducción de la pena.

Para la Audiencia Provincial de Barcelona esta decisión es un auténtico 'fraude de ley', ya que supone impunidad para un delito de tortura.