La relación entre Pedro Sánchez y los grandes empresarios de España no ha sido sencilla. Este miércoles, durante la celebración del Foro de Davos, el presidente del Gobierno se ha visto con los líderes del Ibex 35 en un encuentro marcado por sus palabras hacia ellos, pidiéndoles que "se impliquen" en mejorar las condiciones de los trabajadores.

Lo cierto es que muchos de ellos le dieron por muerto a nivel político antes de las elecciones del 23J, algo que no se acabó produciendo. Durante la pasada legislatura, que amenazaron con llevar sus inversiones fuera de España, como Repsol, o quien lo llegó a materializar, como Ferrovial.

Como recordamos en laSexta, algunos de estos empresarios dejaron frases bastante gruesas contra Sánchez. Es el caso de Rafael del Pino (Ferrovial), que dijo que había que "convertir a España en un destino atractivo para invertir", para lo que hacía falta un "marco laboral, mercantil y fiscal competitivo en el mercado internacional".

Una línea similar a la seguida por Josu Jon Imaz (Repsol), que reclamaba "un panorama fiscal y regulatorio claro, predecible y estable". Antonio Brufau (Repsol) también lamentaba los "costes a los que el Gobierno somete a sus empresas", los cuales les coloca, dice, en una "clara desventaja competitiva".

"Mi opinión es que gravar a la banca más es pegarse un tiro en el pie, porque es el aparato circulatorio de la economía", aportaba Gonzalo Gortázar (Caixabank), mientras que José Damián Bogas (Endesa) trasladaba que el impuesto sobre los beneficios extraordinarios a la banca y a las eléctricas "detrae" y "drena" recursos que tienen las empresas para "invertir".