El Acuerdo de París está de aniversario. El ambicioso tratado llevado a cabo entre gobiernos a nivel internacional para paliar los efectos del cambio climático ha cumplido cinco años sin que se haya podido evitar por el momento que la situación climática en el mundo siga agravándose. No se han alcanzado ninguno de los objetivos previstos para frenar la degradación ambiental. ¿En qué posición deja esta cuestión a los líderes de todo el mundo? ¿Habrá medidas más contundentes de cara al futuro? De momento, se ha podido saber que el Consejo Europeo, ente en el que se integran los 27 países de la UE, ha acordado elevar hasta el 55% el objetivo de reducción de emisiones de la comunidad para 2030 respecto a los índices registrados en 1990.

Además, se espera que de la Cumbre sobre la Ambición Climática, evento virtual que se celebra como antesala a la Cumbre del Clima de 2021, salgan nuevas iniciativas y propuestas para mejorar la situación climática. Los datos, frente a los compromisos adquiridos por los países en los últimos años, no son nada alentadores. En diciembre de 2015, el histórico pacto alcanzado por 195 países y Europa para luchar contra el cambio climático marcó como objetivo que la temperatura del planeta no superase los dos grados respecto a la época preindustria y, a ser posible, se limitara a los 1,5 grados. Las iniciativas, que en su momento brillaron por su variedad y fuerza, parece que no llegaron a buen puerto en muchos casos.

Cinco años después de la celebración de la Cumbre del Clima en la capital francesa, la situación no solo no ha mejorado, sino que ha empeorado: la temperatura media mundial en todo el mundo es hasta 1,2 grados superior a los niveles preindustriales. La Organización Meteorológica Mundial (OMM) considera también que hay un 20% de probabilidades de que se alcancen los 1,5 grados en 2024. La OMM, dependiente de la ONU, señala además que 2020 podría finalizar con el dudoso honor de ser uno de los años más cálidos que ha vivido el planeta desde que se cuentan con registros para medir la temperatura (1850).

No sólo eso. Los niveles de CO2 en la atmósfera tampoco han dejado de crecer, en aproximadamente 2,5 partes por millón (ppm) este año. Además, se cree que podría alcanzar un promedio de 412 ppm durante el año, lo que supone estar un 48% por encima de los niveles preindustriales. De esta forma, las emisiones actuales de CO2 se acercan a los niveles de finales de 2019. Las asociaciones medioambientales sugieren que una recuperación con carácter verde y sostenible tras la pandemia lograría reducir hasta un 25% las emisiones contaminantes en 2030, y acercaría al mundo a limitar el calentamiento global de dos grados respecto a la era preindustrial, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).

Precisamente, las restricciones y medidas sanitarias implementadas para paliar los efectos de la epidemia de coronavirus han provocado que las emisiones de de dióxido de carbono hayan vivido una caída notable: en 2.400 millones de toneladas, un 7% menos que en 2019. Una disminución mayor a las registradas en otros años anteriores: de los 500 millones de toneladas menos en 1981 a los 900 millones en 1945. Así lo recoge un estudio impulsado por la Universidad de East Anglia, la Universidad de Exeter y la organización científica Global Carbon Project.

Con los datos de hoy en día, las temperaturas podrían elevarse hasta cerca de tres grados"

Tatiana Nuño (Greenpeace)

Las organizaciones creen que nos encontramos en el momento idóneo para cambiar las políticas contaminantes y encaminarlas hacia un marco más ecológico. Pero el margen para cumplir los objetivos se agota. "Con los datos de hoy, las temperaturas se elevarían hasta cerca de tres grados", ha apuntado Tatiana Nuño, responsable de Cambio Climático en Greenpeace. De modo que seguimos bastante lejos de los compromisos del Acuerdo de París y no tenemos mucho que celebrar. Porque tres grados son demasiados, aunque menos que los cuatro, cinco e incluso seis hacia los que se encaminaba el planeta sin los compromisos de París.

2020 era el año señalado para revisar planes porque la cumbre celebrada hace un año en Madrid lo dejó casi todo pendiente para la COP26 de Glasgow, pospuesta por la pandemia. Porque si bien el coronavirus ha ayudado a aflojar los niveles de contaminación, también es cierto que "ha retrasado la presentación de los planes de acción climática de los países", según ha lamentado Lennys Rivera, miembro del Programa 'Clima y Energía' del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF por sus siglas en inglés). Aun así, la Unión Europea ya se ha comprometido a reducir un 55% sus emisiones de Co2 en 2030 para alcanzar en 2050 la neutralidad climática. Esto es, no emitir más gases de efecto invernadero de los que puede absorber.

Compromisos a largo plazo

Este es un objetivo al que se apuntan más de un centenar de países, entre ellos Japón y Corea del Sur. China, por su parte, lo hará en 2060. Según los primeros cálculos, se cree que en este país apenas han bajado un 1,7% las emisiones este año. La razón: las restricciones que se produjeron en país por la pandemia fueron muy breves, lo que llevó a una recuperación más rápida de su economía.

También Estados Unidos regresará, con el demócrata Joe Biden a los mandos del país a la lucha contra el calentamiento global. "EEUU volverá al Acuerdo de París en el primer día de mi presidencia, e inmediatamente empezaré a trabajar con mis homólogos en el mundo para hacer todo lo se pueda, incluido convocar a los líderes de las mayores economías para una cumbre del clima en mis primeros 100 días en el cargo", ha afirmado el presidente electo del país norteamericano en un comunicado. Para los movimientos ecologistas, es un anuncio a celebrar.

"Se ha comprometido con la descarbonización y es importantísimo que uno de los países más responsables por sus emisiones de Co2 vuelva a asumir compromisos climáticos", ha considerado Tatiana Nuño. Así, para que los cielos de todo el planeta vuelvan a lucir tan limpios como los que vimos en la primavera pandémica, las organizaciones medioambientales reclaman planes más ambiciosos. "Para poder ver las metas del largo plazo tenemos que actuar ahora. No solamente los gobiernos, también las empresas y el sector financiero", ha zanjado Lennys Rivera. Ellos ya alertan: el cambio climático es el causante del 90% de los desastres naturales, y los países más vulnerables son sus principales víctimas.