El ministro de Finanzas de Grecia, Yanis Varoufakis, ha asegurado que Atenas "no juega" con la salida del euro, y ha insistido en su intención de alcanzar un acuerdo que "no sea impuesto" por los acreedores internacionales. "Tenemos que convencer a nuestros socios, especialmente en el norte de Europa, de que nuestro gobierno no quiere volver al despilfarro de los años recientes. Y ellos tienen que persuadirnos de que no quieren imponernos un programa", ha señalado Varoufakis en una conferencia en el centro de estudios Brookings de Washington. 

Además, ha criticado a aquellos que "juegan con la salida del euro de Grecia", algo que ha considerado "profundamente anti-europeo". "Buscaremos un compromiso para alcanzar un acuerdo, pero no seremos comprometidos por este acuerdo", ha afirmado Varoufakis, que se encuentra en Washington para participar en la reunión de primavera del FMI y el Banco Mundial. 

Las declaraciones de Varoufakis se han producido poco después de que el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, representante de la política fiscalmente conservadora de la zona euro, reconociese en el mismo escenario la dificultad del desafío griego al señalar que "no cambiaría su trabajo" por el de su homólogo griego. "Cuanto más duren estas negociaciones, más durará la asfixia de la economía", ha agregado el ministro griego, que ha sido recibido con gran expectación en Washington. 

Las tensiones entre Grecia y sus acreedores internacionales han repuntado, debido al cruce de declaraciones entre Bruselas y Atenas acerca de las negociaciones en marcha sobre una lista de reformas detallada como condición para recibir un nuevo tramo de financiación dentro del rescate internacional. 

Christine Lagarde, la directora gerente del FMI, se ha mostrado en contra de aceptar un retraso en los pagos por parte de Grecia dentro del programa actual. "Retrasar el pago no es un curso de acción recomendable. Nunca una economía avanzada ha pedido retrasar el pago", apuntó Lagarde. Grecia negocia con las instituciones (Comisión Europea, Banco Central Europeo y FMI) un conjunto de reformas que el país debe aplicar para poder recibir los 7.200 millones que quedan pendientes del segundo tramo de financiación del rescate.