Colas y más colas, hasta tres horas de espera para votar. Los estadounidenses están acudiendo en buen número a las urnas desde bien temprano. "Veo muchas cosas yendo mal. La gente tiene que salir y votar", afirma uno de los votantes.

La divisiva gestión de Trump parece haber movilizado a los votantes. Podrían ser las elecciones de más participación de toda una generación. "Si no, estaremos destinados a vivir con este horror los dos próximos años", apunta otro de las ciudadanas.

Y eso, pese a lo difícil que se ha puesto: censo y normas más restrictivos, menos colegios electorales, escasez de cabinas de voto electrónico... A algunos se les ha enviado a votar dónde no era y así "dónde votar" se convertía en lo más buscado en Google.

En juego, la democracia o la deriva autoritaria. No veremos ante las urnas al presidente Trump, que hace guardia en la Casa Blanca, y dice no arrepentirse "de casi nada". "Me gustaría haber tenido un tono mucho más suave, pero siento que no he tenido opción", ha señalado.

Trump no ceja en el empeño de identificar inmigración con delincuencia: los refuerzos que ha enviado a la frontera con México han estado ensayando maniobras contra la caravana de migrantes, la bestia negra del partido de Trump en esta campaña.