Un 77% de los niños y jóvenes que viajan por la ruta del Mediterráneo central, que conecta Libia con Italia, han denunciado que han sufrido abuso, explotación y prácticas equivalentes al tráfico de personas, según un informe conjunto del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El documento 'Una terrible travesía' confirma la especial vulnerabilidad de los niños y adultos jóvenes, que tienen más probabilidad de ser víctimas de abusos que las personas mayores de 25 años. En concreto, tienen casi el doble de probabilidades en el caso de la parte oriental del Mediterráneo y un 13% más en la central.
Los peligros también difieren en función de los orígenes de los migrantes, ya que los niños procedentes del Africa Subsahariana sufren con más frecuencia los abusos: un 65% frente a un 15% global en el caso del Mediterráneo oriental y un 83% frente a un 56% en la parte centro.
Para Unicef y la OIM, el racismo es un "importante factor" que explica la disparidad. El informe, elaborado a partir de 22.000 entrevistas --11.000 de ellas de niños y adultos jóvenes--, alerta también de la vulnerabilidad de menores no acompañados, de quienes emprenden viajes más largos y de los que tienen menor nivel educativo.
Aimamo, un menor no acompañado de 16 años procedente de Gambia, ha descrito desde Italia cómo los traficante le obligaron durante meses a realizar trabajos manuales agotadores. "Si intentas correr, te disparan. Si dejas de trabajar, te pegan. Eramos como esclavos. Y cuando acaba el día, te dejan encerrado", ha relatado.