Una de las mayores tragedias
La tormenta que arrasó la costa sur de Estados Unidos: 20 años del huracán Katrina
Los detalles Más de 2.000 personas perdieron la vida y alrededor de un millón de ciudadanos fueron evacuados tras este fenómeno, que provocó innumerables daños materiales en las costas del golfo desde Florida a Texas.

Resumen IA supervisado
Hace veinte años, el 23 de agosto de 2005, el huracán Katrina devastó Nueva Orleans y la costa sur de Estados Unidos, dejando una marca imborrable en la historia del país. Con vientos superiores a los 200 km/h, la tormenta causó la muerte de más de 2.000 personas y obligó a evacuar a un millón de ciudadanos. Nueva Orleans fue la ciudad más afectada, sufriendo inundaciones severas debido al fallo de su sistema de diques. Las comunidades de bajos recursos fueron las más perjudicadas, enfrentando la pérdida de hogares y la falta de asistencia. Tras la catástrofe, la región inició un largo y costoso proceso de reconstrucción, construyendo un sistema de protección hídrica que costó más de 125.000 millones de dólares. Dos décadas después, el área simboliza tanto el dolor como la resistencia.
* Resumen supervisado por periodistas.
Un día como este sábado hace dos décadas cambiaba para siempre la historia de Nueva Orleans y la costa sur de Estados Unidos. El 23 de agosto de 2005 una tormenta con vientos superiores a los 200 km/h e intensas lluvias sumergían bajo el agua a una población que recuerda esta tragedia como una de las mayores catástrofes naturales de la historia. Fue el día en que el huracán Katrina se adueñó de este territorio estadounidense.
Más de 2.000 personas perdieron la vida y alrededor de un millón de ciudadanos fueron evacuados tras este fenómeno, que provocó innumerables daños materiales en las costas del golfo desde Florida a Texas. La ciudad más asolada fue Nueva Orleans, en Luisiana, que quedó inundada porque su sistema de diques falló, colapsándose muchos de ellos varias horas después de que la tormenta hubiese continuado tierra adentro.
La mayoría de los barrios destruidos acogían a comunidades de bajos recursos que no pudieron hacer frente al huracán, por lo que sobrevivieron dejando atrás sus casas y permaneciendo en el recinto deportivo Superdome sin agua ni asistencia.
La fuerza destructiva de este fenómeno provocó la inundación de las ciudades costeras de Misisipi, donde el agua arrastró todo tipo de casas y establecimientos y formó grandes olas.
Además del gran daño material y económico que sufrió este territorio, los momentos de terror y tensión que vivieron los ciudadanos supusieron un antes y un después en la sociedad. Muchos de los supervivientes sufrieron estrés postraumático tras la tormenta y por perder familiares, amigos o sus propios domicilios.
Tras el huracán, la ciudad ha experimentado un proceso de reconstrucción complejo y costoso. Principalmente, se construyó un sistema de protección hídrica, con más de 200 kilómetros de diques, muros y bombas para proteger contra futuras inundaciones.
Esta estructura, conocida como "blindaje", tardó casi una década en construirse y ha costado más de 125.000 millones de dólares. Veinte años después de la tragedia, la zona sigue siendo símbolo de dolor y resiliencia, de pérdida y resistencia.