Un terremoto de 7 grados en la escala de Richter causó este sábado al menos 156 muertos y más de 5.500 heridos en la provincia central china de Sichuan, donde los equipos de emergencia con apoyo militar tratan de socorrer a las víctimas.
La falla de las montañas Longmen, a los pies del límite oriental de la meseta tibetana (centro de China) registró el sismo, cinco años después de que en la misma zona de fricción geológica se produjera el terremoto de Wenchuan, que causó la muerte de 90.000 personas.
Al menos 200 de los heridos están en estado grave por el movimiento telúrico, ocurrido a las 8:02 hora local (0:02 GMT) en la comarca de Lushan del área municipal de Yaan, informó el Centro de Redes Sismológicas de China.
El epicentro del seísmo se situó a 30,3 grados latitud norte, 103 grados longitud este y 13 kilómetros de profundidad, en la misma vertiente montañosa donde el 12 de mayo de 2008 se produjo el seísmo de Wenchuan, de 8 grados, aunque éste tuvo su epicentro 250 kilómetros más al noreste, en el otro extremo de la cordillera.
La falla de Longmen, una pequeña parte de la gran zona de fricción entre las placas tectónicas india y asiática, ha registrado 12 terremotos de más de cinco grados desde 1900, el peor de ellos el ocurrido en 2008 en Wenchuan. La región afectada este sábado es menos remota que la de hace un lustro, por lo que a las pocas horas del suceso las cámaras de la televisión estatal china CCTV ya llegaron a la región golpeada por el seísmo y ofrecieron las primeras imágenes de localidades asoladas por el temblor.
Las más afectadas son las ciudades de Longmen y Qingren, con miles de vecinos, en las que la parte antigua de sus centros urbanos quedó prácticamente destruida, mientras que el pueblo de Gucheng, de 3.000 habitantes, sufrió el colapso del 95 por ciento de sus edificios.
Las autoridades llevaron a cabo un amplio dispositivo de atención a las víctimas, con el envío de más de 7.500 soldados del Ejército de Liberación Popular y miles más de efectivos sanitarios, bomberos y miembros de la Policía armada, que consiguieron sacar por el momento a medio centenar de personas vivas de los escombros.
Las fuerzas armadas chinas utilizan por primera vez en un seísmo drones (aviones no tripulados) para examinar las más remotas zonas afectadas, ya que aún hay al menos cuatro localidades próximas al epicentro con las que no se pudo contactar aún, por lo que la cifra de víctimas podría aumentar en las próximas horas.
El primer ministro chino, Li Keqiang, viajó a la zona para supervisar las labores de rescate, y el presidente Xi Jinping pidió a las autoridades que no escatimen esfuerzos y den prioridad al rescate de víctimas. El Ministerio de Asuntos Civiles envió ayuda humanitaria, compuesta por 30.000 tiendas de campaña y 50.000 mantas, entre otros bienes básicos. El terremoto dejó sin agua y electricidad a varias localidades, y provocó desprendimientos que cortaron varias carreteras, dificultando la llegada de los equipos de rescate.
Tras el fuerte temblor inicial se registraron este sábado al menos 627 réplicas en la zona, la peor de ellas de 5,3 grados. El oeste de China es una zona de frecuente actividad sísmica, y en las últimas semanas varios temblores de menor intensidad (alrededor de 5 grados en la escala de Richter) en la también occidental provincia china de Yunnan causaron decenas de heridos.