El primer ministro de Siria, Wael al Halqi, ha advertido de que el país árabe "se convertirá en el cementerio de cualquier invasor", en el marco de los incesantes rumores sobre un ataque inminente de Occidente, liderado por Estados Unidos, contra el Gobierno de Bashar al Assad.
Al Halqi ha asegurado que, en el caso de que finalmente los países occidentales se decidan a llevar a cabo una acción militar, "Siria emergerá de esta crisis mucho más fuerte que antes", de acuerdo con la agencia de noticias oficial, SANA.
"No nos aterrorizaremos por las amenazas coloniales. El pueblo sirio va a seguir con su vida normal, mientras se prepara para todos los desafíos", ha dicho, en la reunión que ha mantenido este miércoles con representantes provinciales en el Parlamento.
El primer ministro ha sostenido que "Estados Unidos, Israel y sus aliados están usando mentiras, como el uso de armas químicas, para justificar una intervención militar en Siria debido a la determinación y a las victorias de las Fuerzas Armadas sirias contra el terrorismo".
A este respecto, el jefe de Gobierno ha advertido de que "el mundo todavía recuerda las mentiras que estos mismos países usaron para confundir a la opinión pública internacional antes de la invasión de Irak", en el año 2003.
"Los países que están tocando los tambores de guerra contra Siria son los mismos que cometieron masacres en Irak, Líbano y otros países, que cometen masacres contra el pueblo palestino desde 1948 y que explotan los recursos del pueblo árabe", ha denunciado.
Además, ha indicado que "Estados Unidos e Israel son los únicos que crearon el terrorismo, como Al Qaeda y el Frente al Nusra. "Son peones de Washington y Tel Aviv usados para sus complots y para mantener al pueblo árabe ocupado con conflictos internos", ha aseverado.
Los contactos diplomáticos se han intensificado en los últimos días, después de que Estados Unidos y sus aliados reafirmaran que mantienen "todas las opciones" y que sus Fuerzas Armadas están preparadas para llevarlas a cabo.
CONMOCIÓN INTERNACIONAL POR EL POSIBLE ATAQUE QUÍMICO DEL RÉGIMEN