Ignacio Molina ha explicado que "sólo se ha acordado el divorcio y qué pasaría en el caso de que en la próxima negociación no haya un acuerdo".

Si para junio de 2020 no hay un nuevo acuerdo, Reino Unido seguirá formando parte de la unión aduanera. Es la solución para que no haya una frontera física entre Irlanda e Irlanda del Norte.

Y eso implica que Londres tendría que acatar las normas de la Unión y que no podría firmar sus propios acuerdos comerciales con otros países o regiones, algo intolerable para los partidarios del Brexit.

La medida también provoca recelo en algunas capitales europeas porque las empresas británicas tendrían acceso al mercado único sin que Reino Unido esté obligado a aceptar la libre circulación de personas. Ese acuerdo aduanero deja fuera la cuestión de la pesca. Eso también habrá que cerrarlo en la próxima negociación.

El analista del 'Real Instituto Elcano' ha señalado que "si se opta por un Brexit blando, los europeos van a poner como condición el acceso a las aguas británicas". "Si es un Brexit duro, un mero acuerdo de libre comercio, le será más difícil a los europeos obtener ese acceso. A pesar de lo que pueda parecer, está todo bastante abierto", ha añadido.

El texto sí deja claro que se respetará el derecho de residencia y trabajo tanto de los europeos que viven en Reino Unido como el de los británicos en los 27, aunque primero tendrá que ser ratificado y esto no está claro porque a May no le salen las cuentas en el Parlamento.