El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció una amnistía fiscal para los capitales que regresen al país, en su discurso sobre el estado de la nación en momentos en que la economía rusa se acerca a la recesión. Putin también subrayó que Rusia debe acabar con la evasión impositiva de empresas rusas a través de paraísos fiscales.
"Quién legalice sus recursos y propiedades en Rusia, recibirá sólidas garantías de que no será perseguido por distintos órganos estatales, entre ellos las fuerzas del orden, ni se le preguntará por el origen del capital", dijo Putin durante su intervención ante el pleno del Parlamento.
La amnistía será "total", pero se hará "una sola vez", aclaró el líder del Kremlin, quién agregó que tras la implementación de esa medida Rusia debería "pasar la página de los paraísos fiscales en la historia de nuestra economía y de nuestro país".
La atrevida decisión fiscal se enmarca dentro de las medidas propuestas por Putin para superar la compleja situación económica que atraviesa el país, a las puertas de una recesión por la caída de los precios del petróleo y las sanciones de Occidente, y con el rublo depreciado en un 50 por ciento desde comienzos del año.
El ministro de Economía ruso, Alexéi Uliukáyev, reaccionó al anuncio para señalar que la amnistía fiscal contribuirá "sin duda alguna" a superar la ralentización de la economía. Por otro lado, y obligado a reaccionar a la brusca caída del rublo de los últimos días, el presidente ruso acusó a los especuladores de ser los culpables de la depreciación que ha sufrido la moneda nacional.
"Pido al Banco de Rusia y al Gobierno que pongan en marcha acciones duras y coordinadas para aplacar las ganas de los llamados especuladores de aprovecharse de las oscilaciones del rublo", dijo Putin, quién agregó que "las autoridades saben quienes son".
La moneda rusa batió otro récord negativo en su cotización ante las principales divisas internacionales en la bolsa de Moscú, donde un euro llegó a cambiarse por 67,9 rublos, mientras que la moneda estadounidense alcanzó los 54,86 rublos.
Putin quiso despejar los temores de muchos empresarios y ciudadanos más pudientes al anunciar que la política fiscal del país permanecerá invariable al menos durante los próximos cuatro años. "Los empresarios tienen razón cuando reclaman un marco legal estable y reglas previsibles, incluidos los impuestos. Estoy totalmente de acuerdo. Propongo fijar las reglas actuales para los próximos cuatro años y no volver a esta cuestión", apuntó.