El líder separatista advirtió: "Las unidades militares que se encuentren en nuestro territorio después del anuncio oficial de los resultados del referéndum serán consideradas ilegales y calificadas de (fuerzas) ocupantes". "Ya lo son", agregó.

Con respecto al referéndum, Pushilin destacó que incluso en aquellos colegios electorales en los que los preparativos para la consulta fueron saboteados, "la gente fabricó las urnas con sus propias manos". El sabotaje "no impidió que el pueblo hiciera su elección y decidiera su destino", dijo.

El jefe de la comisión electoral separatista, Román Laguin, reconoció que los resultados oficiales del referéndum no se conocerán tan pronto como estaba previsto, por lo que instó a guiarse por los resultados preliminares. "Por ello, conscientemente anunciamos los resultados preliminares de la votación, que será con los que nos guiaremos: 89,07% a favor de la independencia de la región de Donetsk; un 10,19% en contra, y un 0,74% de papeletas no válidas", dijo.

Laguin explicó que el traslado a la sede de la comisión electoral en la capital regional de las papeletas emitidas podría llevar más de una semana, ya que está en riesgo la seguridad de los inspectores que supervisaron la votación.

Según los insurgentes, la participación en la consulta del domingo, declarada ilegal por el Gobierno de Kiev, fue del 75 por ciento del censo electoral, cifrado en poco más de 3,1 millones de ciudadanos "¿Respalda usted el acta de proclamación de autonomía estatal de la República Popular de Donetsk?", rezaba la pregunta del referéndum impresa en la papeleta en ruso y ucraniano. Los prorrusos también consiguieron celebrar el referéndum separatista en la vecina región de Lugansk, donde la participación alcanzó el 81 %, aunque aún no se conocen los resultados preliminares.

Según otras fuentes, la limpieza del referéndum es dudosa, ya que a los partidarios de la independencia se les permitió votar las veces que quisieran, mientras los defensores de la integridad del país no acudieron a votar por temor a las represalias.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, había pedido a los líderes de la sublevación prorrusa que aplazaran la celebración de los referendos para propiciar una vía de diálogo entre las regiones rusohablantes del sureste de Ucrania y el Gobierno de Kiev, petición que fue desoída.