Duterte, que ganó las elecciones presidenciales en mayo, insultó a Philip Goldberg en un discurso televisado en una base militar en el centro del país, en el que acusó al emisario de EEUU de entrometerse en la política filipina.
El departamento de Estado reaccionó llamando a consultas al jefe diplomático de la embajada filipina en Washington para abordar lo que calificó como comentarios "inapropiados" del mandatario filipino.
Goldberg, junto al embajador australiano, había criticado a Duterte por haber bromeado sobre la violación y asesinato de una misionera australiana en una cárcel del sur del país durante un acto de la campaña electoral.
En un nuevo discurso ante las tropas en una base del sur, el mandatario filipino insistió anoche en que el embajador de EEUU no debería haber hecho ese comentario. "Dejemos pasar mi comentario sobre el embajador porque a fin de cuentas es verdad. ¿Por qué haría un comentario como ese cuando hay unas elecciones en marcha?", dijo Duterte según el diario "Phil Star".
Pese a la polémica por sus declaraciones, Duterte insistió en que las relaciones entre los dos países siguen siendo fuertes. "No tienen nada que ver con esto. Esto es asunto nuestro. Es la campaña. Pero quiero reiterar nuestra fuerte alianza con EEUU", indicó.
Los insultos al embajador añaden controversia a la presidencia de Duterte, marcada por una campaña contra el tráfico de drogas en la que el mandatario se comprometió a matar miles de delincuentes si fuera necesario y que hasta el momento ha costado la vida a unos 800 supuestos traficantes.
La portavoz del departamento de Estado, Elizabeth Trudeau, dijo que EEUU ha ofrecido 32 millones de dólares a Filipinas para ayudar en la lucha contra la droga, pero recordó que este dinero debe utilizarse con respeto a los derechos humanos y la legalidad.
EEUU tiene firmado con Filipinas un acuerdo de cooperación militar que le permite utilizar bases filipinas y aumentar su presencia en la región inmersa en una disputa territorial en el Mar de China Meridional.