El gobierno de Irán quiere aumentar su población de 77 a 150 millones de habitantes y quiere hacerlo a costa de las mujeres. Para aumentar los índices de natalidad pretende limitar su acceso a anticonceptivos y prohibir la ligadura de trompas entre otras medidas. El pan se suma a la amplia lista de discriminaciones que convierten a las mujeres de este país en personas de segunda.