El padre Pajares, contagiado por el ébola, recibe desde el sábado por la noche el suero experimental llegado desde Ginebra. El ZMapp es la última esperanza del religioso que está muy débil. Aunque el suero parece funcionar con los dos afectados estadounidenses, los médicos que atienden a Pajares afirman que hay que esperar al menos 24 horas para ver los efectos. Al sacerdote se le administra el suero con la enfermedad más avanzada y tiene complicaciones cardiacas.