Fue en Iowa, en 2008, cuando Barack Obama venció a Hillary Clinton, por eso ayer el abrazo a su mujer en el mismo lugar fue interminable. “Después de todo no está en mis manos, está en las vuestras”, dice Obama.

En una arenga final emocionante, Obama intenta movilizar a sus bases en un último esfuerzo.Antes había contado con la ayuda de Jay Z para movilizar a los votantes más jóvenes, también con el incombustible Bruce Springsteen.

Precisamente, en uno de esos estados bisagra que tienen la clave de estas elecciones estuvo ayer Romney. Al más puro estilo presidencial, entrando en una suerte de Air Force One, Romney vendió optimismo en su última aparición.

También, la esposa de Romney, desde Virginia se ve ya como inquilina de la Casa Blanca. “¿Vamos a ser vecinos pronto?”, bromea frente a los partidarios de su esposo en ese estado. Obama ha establecido su cuartel general en Chicago, Romney en Boston donde acude a votar.

Sí ayer fue día de emociones y lágrimas, hoy es de calculadoras. El último sondeo de la Consultora Gallup sitúa a Romney un punto por encima de Obama en intención de voto.

Aunque el demócrata cuenta con una ligera ventaja en Ohio, Iowa y Pensilvania. De los estados bisagra, Carolina del Norte y la importantísima Florida caerían del lado de Romney.

Consciente de que todo se resolverá por un puñado de votos, el candidato republicano hará un sprint final con pequeños actos hoy en Ohio y Pensilvania buscando arañar el mayor número de votos  en la que se prevé como una de las elecciones más reñidas de su historia