Este jueves, cientos de miles de personas han recorrido las calles de diferentes puntos de Argentina, bajo el lema "está muy mal, está muy mal, mentirle al pueblo por cadena nacional".
En esta ocasión, al igual que en la manifestación del pasado 13 de septiembre, las pancartas exigían seguridad, respeto a la libertad de prensa, justicia independiente o denuncias a la inflación.
La avenida del 9 de julio, de Buenos Aires, estaba repleta de papeletas bajo el lema "8N, yo me movilizo en defensa de nuestras libertades y derechos consagrados en nuestra Constitución Nacional".
Humberto Bonanata, militante radical y gerente del grupo informativo Notiar, aseguraba desde una furgoneta armada con un potente equipo de megafonía, que la marcha no tiene vínculos políticos. Cientos de vecinos saludaban el paso de la marcha desde sus balcones, animando con cacerolas y aplausos.
Al norte de la capital, miles de personas se sumaron a la protesta con cacerolas a las puertas de la residencia presidencial. Las concentraciones se desarrollaron sin incidentes, replicándose en varios puntos de la capital, y en grandes ciudades del interior del país, como Córdoba, Rosario, La Plata o Santa Fe.
También se registraron protestas argentinas fuera de sus fronteras, como son Miami, Nueva York, Viena, Ginebra, Roma, París, Madrid o Londres. La convocatoria del '8N' ha surgido en las redes sociales, que han sido medio de discusión acalorada entre partidarios y detractores de la protesta.