La canciller alemana, Angela Merkel, quita hierro a las especulaciones desatadas sobre su estado de salud tras el visible temblor de manos y piernas que sufrió mientras recibía al presidente de Ucrania, Vladímir Zelenski.

"Estoy bien, me he bebido al menos tres vasos de agua, que parece que me faltaban, ahora me siento de nuevo bien", dijo al ser preguntada.

La líder alemana atribuyó así a un supuesto problema de deshidratación el temblor, mientras dirigía una sonrisa a Zelenski, quien a su vez apuntó, en tono jovial que había visto a la canciller "muy segura".

Las imágenes de la canciller bajo el sol, con signos de debilidad física y sujetándose repetidamente las manos para tratar de calmar el temblor, mientras sonaba el himno alemán, se convirtieron en objeto de comentarios en los medios alemanes.

Merkel, quien el próximo 17 de julio cumplirá 65 años, llegó al poder en 2005 y fue reelegida para un cuarto mandato tras las elecciones generales del pasado 2017.