El último informe del Instituto para la Democracia en el Mundo avisa de una situación crítica: más de dos tercios de la población vive en regímenes autoritarios, híbridos o en democracias en declive.

De los 173 países que han analizado, un total de 49 soportan regímenes autoritarios (como ocurre en China), 20 son híbridos, tal y como ocurre en Turquía, mientras que 104 son democracias en declive (como los países de la Unión Europea).

Si en el año 2011 sólo 12 democracias retrocedían, hoy el número aumenta alarmantemente hasta las 52. El pasado año, por ejemplo, Myanmar o Túnez dejaron de ser democracias. La conclusión del informe es evidente y dramática: las democracias se debilitan, mientras que las autocracias se están fortaleciendo.

La situación ha empeorado, además, en regímenes autoritarios como Afganistán, Nicaragua o Irán, donde se han registrado casi 500 muertos en las protestas lideradas por las mujeres.

Tras el inicio de la invasión de Ucrania, Rusia ha pasado de un régimen híbrido a uno autoritario. La democracia también se ha deteriorado en países como Hungría y en Polonia. En Estados Unidos también, durante el gobierno de Donald Trump, que culminó con el asalto al Capitolio.