Magalí Ávarez Crespo, una española residente en Niza (Francia) y testigo del atentado terrorista que costó la vida a más de 80 personas, ha estado en 'Más de uno', donde ha contado su experiencia.
"Empezamos a ver gente desordenada, mucho ruido, confusión, gente que gritaba. Vimos una masa de gente correr en el mismo sentido y nos dimos cuenta de que había que correr, que no podíamos quedarnos allí", ha explicado en una conversación con Carlos Alsina. Además, explica que "extrañó mucho que no hubiesen cortado el paseo marítimo, que siempre lo cortan para cualquier tontería".
"Conocemos muy bien el casco antiguo y sabíamos por dónde ir, por sitios por los que no van los turistas. Subimos las cuestas y las escaleras del casco antiguo. Había una mujer con un cochecito de niño que no podía subir y la ayudamos. Una puerta se abrió, entramos y allí nos quedamos, en un apartamento. Era de una señora mayor que nos dio cobijo. Estuvimos en su casa unas 15 personas viendo la tele. Intentamos acostar un poco a los niños y ahí estuvimos hasta las tres de la mañana", cuenta Magalí.
La testigo se fue a su casa "por seguridad", porque en la calle no sabíamos lo que había pasado. Oímos tantas cosas que sólo queríamos estar en casa y no salir". "Los franceses están aún en estado de shock por lo que pasó el año pasado en París. Los españoles somos más duros. Hemos vivido ETA y el 11-M, hemos vivido el horror", explica.