Suscita airadas protestas callejeras y la oposición le compara hasta con el mismísimo Hitler: "Bolsonaro, en Brasil todo el mundo sabe que es usted un racista, machista y homófobo" defiende Guilherme Boulos, del Partido Socialista y de la Libertad de Brasil.

En efecto, el presidente de Brasil es el pendenciero autor de perlas como: "Preferiría a mi hijo muerto antes que homosexual", "el error de la dictadura fue torturar y no matar", "no te violo, no te lo mereces", "las mujeres deben ganar menos" o "mi hijo está demasiado bien educado para juntarse con esa gente tan lamentable como ese (los negros)".

Bolsonaro ha llegado incluso a dar plantón al último debate preelectoral, en efecto un "todos contra uno", contraprogramándolo con un monográfico en su cadena amiga, conservadora evangelista. En ella, se presentó como un hombre respetuoso y como abnegada víctima, aprovechando que era su primera entrevista desde que lo apuñalaran en un mitin.

Como Trump o Duterte, con quienes también le comparan, despierta tantos apoyos como odio. Es otro hombre que podría hacer retroceder a otra sociedad, la brasileña.