Honores dentro de la capilla ardiente del comandante y lágrimas durante el primer día abierto al público del largo adiós a Fidel Castro. Mucha tristeza entre los miles de cubanos que han querido despedirse de a quien consideran su dios. "Nos lo ha dado todo, ojalá me hubiese ido yo", lamenta uno de los asistentes.
Interminables colas bajo el sol en la icónica plaza de la Revolución, la misma en la que generaciones y generaciones de cubanos escucharon sus legendarios discursos. "Vengo a despedirme del 'comandante' con mucho dolor, pero sabiendo que siempre estará con nosotros", añade una mujer.
Largas y silenciosas esperas, una nostalgia que invade a todo un pueblo, todavía impactado por el momento que atraviesa el país. "A veces nos cuesta trabajo asimilar que Fidel ha muerto", explicaba otro de los presentes.
Fieles de todas las edades, hospitales completos, colegios e institutos, jóvenes y mayores quieren despedirse de las cenizas de Castro y comprometerse a mantener los principios del régimen
El memorial José Martí, convertido en la capilla ardiente, seguirá abierto hasta las cuatro de la mañana, según la hora española.
Durante el cuarto día de luto tendrá lugar el llamado acto de masas, en el que ciento de miles de cubanos se agolparán en una enorme explanada para darle el último adiós a Fidel Castro en presencia de personalidades mundiales como el rey Juan Carlos, Evo Morales o Nicolás Maduro.