Juli, una mujer de mediana edad con el rostro y los hombros manchados por los escombros, cuenta aterrorizada cómo sobrevivió al derrumbe del edificio tras el terremoto de 7,1 que ha sacudido México. "Estábamos dentro, en un curso de micropigmentación cuando empezó a temblar. Estábamos en el quinto piso y todo se empezó a mover", relató la mujer, visiblemente afectada, esforzándose por respirar a causa del gas.
"Se empezó a caer todo el edificio", continuó "y nos arrastramos como pudimos para salir porque todo estaba cubierto de tierra y de polvo". Además, en ese momento la oscuridad hizo que instintivamente comenzaran a tirar unos de otros para lograr salir. "Las escaleras estaban colapsadas (...) no se veía nada", concluyó para después soltar un llanto sordo de alivio por estar viva.
Beatriz Pérez, una mujer oaxaqueña residente en la capital de México, mostraba su preocupación por el estado de su hija. La mujer estaba sacando dinero del banco cuando sucedió el seísmo y de manera instintiva acudió a buscar a su hija.
"Cuando crucé la calle todo era humo y dije dios mío ese es el edificio de mi hija. Están enterrados ahí", dijo, aludiendo a su hija y a su pareja. "Seguro que están debajo del escritorio, los conozco, cuando tiembla ellos se esconden ahí", agregó.