Nadie habla en Italia de otra cosa. Es el tema del verano. Un novio organiza una fiesta sorpresa para su novia en la que, además, iban a aprovechar para anunciar a sus invitados la fecha de su boda. Pero de repente hubo un giro de guion.

Aplausos entre los 150 invitados a la fiesta de cumpleaños sorpresa que su novio le regala. Ella, emocionada, agradece a la organizadora de tan magnifica velada. "Sin ti nada de esto habría sido posible", le dice. Una fiesta en la que, aprovechando la presencia de los íntimos, iban a anunciar la fecha de su boda. Los novios son dos de las personas más reconocidas de la alta sociedad italiana: la aristócrata Cristina Seymandi y el banquero Massimo Segre.

Pero más que fiesta sorpresa, fue una fiesta con sorpresa: "Quiero darte la libertad de amar. En particular, a otra persona, un abogado muy conocido". En pleno sincericidio, revela otras infidelidades de su pareja: "También con otro importante empresario ...." Así que, claro, el final del discurso se veía venir... La ruptura. "Queridos amigos, creedme que no me gusta aparecer ante vosotros como un cornudo", añade.

La aristócrata con la cara desencajada, como era de esperar. Pero el novio todavía le iba a hacer su último regalo: "Vete a Mykonos con tu querido abogado, como sabes ya está todo pagado". Ahora él se ha marchado a Zanzíbar a desconectar con sus hijos que dejaron de hablarle por este matrimonio. Ella, que incluso fue candidata a alcaldesa de Turín, estudia denunciar por contar en público detalles privados. La fiesta acabó más cuesta abajo de lo que pintaba. Eso sí, la culpa no la tuvo el DJ que intentó remontar.