Noche de fuego, de disparos y de gases lacrimógenos que ya han matado a otro joven. Horas de rabia en el parque de la discordia como nos han relatado quienes se manifestaron.

La solidaridad ha diferenciado esta noche. Cadenas para formar barricadas de piedras pequeñas, de bloques, de adoquines recién cosechados. El objetivo era aislar el parque y amurallar la zona de Besiktas, donde está la oficina de Erdogan que, desde Marruecos ha quitaba hierro. "La situación se ha tranquilizado bastante y la razón parece estar imponiéndose. Las manifestaciones no se están produciendo en toda Turquía sino sólo en algunas ciudades grandes", decía Erdogan.

Pero no son solo las marchas, un movimiento de indignación se mueve en Turquía. Cuentan los medios turcos que hay municipios que no dejan a la policía repostar agua para sus cañones. 240.000 funcionarios están este martes en huelga, desde anarquistas a liberales agitan internet y las calles. La dignidad ha terminado obligando a converger a turcos que hasta ahora se ignoraban.