En mitad del horror vivido en los atentados de Bruselas, hubo quienes se dedicaron a salvar vidas en vez de huir. Un portaequipajes del aeropuerto ayudó a salir a siete personas heridas y también se vieron a militares cargando al hombro con heridos. El maquinista que conducía en el metro atacado supo mantener la calma y evacuar a los pasajeros.