El taxista que transportó a Enrique y Meghan durante unos diez minutos en la noche del martes, cuando fueron perseguidos por paparazzi en Nueva York, dice que ambos se veían "nerviosos" y asegura que durante su trayecto no hubo peligro, en declaraciones a la BBC. Sukhcharn Singh, apodado Sonny, hizo declaraciones a la prensa a las puertas de su casa en el barrio de Queens, cuando contó que, si la pareja fue asediada en una persecución "casi catastrófica", como mantiene su portavoz, debió ser antes de que él los recogiera en una comisaría de policía de Manhattan.

La BBC explica que cuando los duques de Sussex y la madre de Meghan, Doria Ragland, se vieron acosados por fotógrafos en vehículos al abandonar una gala de entrega de premios el martes, buscaron refugio en una comisaría, que es dónde les recogió el taxista. Singh niega que durante su ruta corrieran ningún riesgo. "No lo creo, creo que es exagerado. No le den demasiada importancia", afirmó, para agregar que la supuestamente peligrosa persecución "debió haber sucedido antes" de que se subieran a su taxi.

También rechaza que los paparazzi fueran en ese momento agresivos. "Estaban detrás de nosotros. Quiero decir, los teníamos encima, eso fue todo, nada más. Mantuvieron la distancia", declara a la BBC. Singh relata que él conducía por la calle 67 de Nueva York cuando el guardaespaldas le llamó y sin esperarlo "tenía al príncipe Enrique y a su esposa subiendo al taxi".

"Nos bloqueó (el paso) un camión de basura y, de repente, llegaron los paparazzi y comenzaron a tomar fotografías". La pareja iba a comunicarle su destino pero, tras valorar la situación, el guardia de seguridad decidió que era mejor regresar a la comisaría, explica la BBC. "Se veían nerviosos, creo que los habían perseguido todo el día o algo así", declara el taxista.

"Estaban bastante nerviosos, pero el guardia de seguridad lo tenía controlado (la situación)", agrega. Singh describió a los duques como "gente amable", quienes al final del corto trayecto le preguntaron su nombre y le dijeron que habían estado "encantados de conocerle". El guardaespaldas le dio una propina. La Policía de Nueva York le ha confirmado al Post que no hubo ninguna "colisión" aquella noche y que el incidente en ningún caso duró dos horas.