A partir de ahora, Google indicará en su aplicación de Maps y en su motor de búsqueda qué clínicas y hospitales ofrecen abortos en Estados Unidos, en un momento en que varios estados están restringiendo el acceso a este derecho tras la sentencia del Tribunal Supremo del pasado mes de junio.

La empresa ha explicado en un comunicado que estos aparecerán etiquetados específicamente como centros en los que se practican abortos cuando el usuario o usuaria busque "clínicas abortistas cerca de mí".

Los resultados solo mostrarán centros de los que Google haya recibido confirmación de que efectivamente practican abortos, para no enviar a nadie a un lugar donde no se hagan. Si no hubiera clínicas cerca del usuario, se le sugerirá ampliar el radio de búsqueda.

La compañía ha tomado esta decisión después de que recientes informes apuntasen a que las búsquedas sobre centros abortistas en Google enviaban a las mujeres a lugares donde se les proporcionaba información falsa sobre este procedimiento o incluso a clínicas antiabortistas.

El derecho al aborto, estado a estado

Este mismo jueves, un juez de Dakota del Norte bloqueó la ley que prohibiría el aborto en dicho estado del norte de EEUU, justo un día antes de que esta entrase en vigor. El magistrado Bruce Romanick dio la razón a la clínica abortista que presentó la demanda contra el estado y bloqueó la ley mientras se resuelve el caso, al alegar que de lo contrario se produciría una "daño significativo" a los demandantes.

En cambio, los estados conservadores de Texas, Idaho y Tennessee comenzaban a implementar este jueves unas leyes que prohíben casi por completo el aborto y, en algunos casos, establecen castigos de hasta cadena perpetua para los médicos que lo practican.

Se trata de un nuevo paso en la guerra en torno al aborto que se libra a nivel estatal desde que el Supremo estadounidense retiró en junio las protecciones federales a este derecho, lo que ya ha dejado a más de 20,9 millones de mujeres en edad reproductiva sin acceso a ese procedimiento.

Las nuevas leyes no cambian la realidad sobre el terreno en Texas, Idaho y Tennessee, que ya prohibían el aborto a las seis semanas de embarazo y donde la mayoría de las clínicas dejaron de prestar esos servicios tras el fallo del Supremo. Sin embargo, sí establecen o aumentan las multas y penas de cárcel para el personal médico, en un intento intimidar a los profesionales, según las organizaciones defensoras del aborto